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domingo, 30 de julio de 2017

Inés de Arribálzaga

 Tras las entradas en el blog de los personajes especiales estalianos; Diego Tormes el Zurdo, Glorioso Líder Juan Federico y Pedro Jimeno, llega el momento de presentar a la única mujer con nombre y apellidos del libro de ejército de Estalia: Inés de Arribálzaga.

 Estalia cuenta con muchas mujeres entre sus filas, sobre todo dentro del culto de Myrmidia como ya vimos por ejemplo con las Hermanas de Furia. A diferencia de las guerreras consagradas a la diosa Myrmidia, Inés de Arribálzaga es miembro de la nobleza. Sin embargo no es una noble guerrera al uso, no comanda los ejércitos de su casa, ni es moneda de cambio en alianzas con otras casas. Inés de Arribálzaga es una Andanti.

 ¿Y qué es un Andanti? Algo así como un cazavampiros cuyo origen se remonta a las Guerras de Sangre y a Estalia. La Biblioteca del Viejo Mundo posee gran cantidad de información referente a esta organización secreta y a las mencionadas guerras, y en general, a todo lo que el mundo de Warhammer Fantasy acontece. Pero hemos venido a hablar de esta intrépida estaliana, y eso es lo que podrán encontrarse en los párrafos subsiguientes quienes continúen leyendo la entrada.

 Como comentábamos arriba, Inés de Arribálzaga pertenece a la nobleza estaliana. Nacida y criada en el seno de una pujante familia de Boldonia (el Reino donde se asienta la ciudad de Bilbali), Inés estaba destinada a ser la futura esposa de alguno de los hidalgos hijos de alguno de los amigos de su padre. Si bien su corazón siempre anheló esgrimir una espada y embarcarse en alguna de las aventuras que oía de labios de los marineros y soldados que arribaban en los muelles, nunca se reveló ni contradijo a su bien amado padre. Hasta que un buen día se vio forzada a abandonar la hacienda familiar. En una incursión perpetrada por Corsarios elfos en la costa norte de Estalia, Inés perdió en una misma noche a sus padres y a sus hermanos. Entre los escombros de su antigua habitación, Inés fue rescatada por su tío, de quien nunca había oído si quiera hablar. Ambos emprendieron un largo viaje a lo largo del Viejo Mundo, en el que Inés aprendió a manejar la espada y otras armas más letales, conociendo todo tipo de culturas, estilos de combate, lenguas, horrores, placeres y secretos. Aunque ningún secreto tan importante para ella como el que algunos miembros de su familia guardaban celosamente: pertenecían a la organización secreta de los Andanti. 

Ilustración de Inés de Arribalzaga.
 Así fue como Inés de Arribálzaga aceptó su sino, dedicando su vida a Morr y la labor que éste le encomendara de acabar con la lacra de los No-Muertos. Al cabo de un tiempo, su tío murió cumpliendo con su misión en las calles tileanas de Miragliano e Inés se vio sola por primera vez desde que perdiera a su familia tantos años atrás. Siguió su propio camino y éste le condujo de nuevo a Estalia, donde hoy en día aún combate a los Vampiros a su toda su estire allí donde se esconda.

 Sí, la historia guarda símiles con la de Arya Stark de Canción de Hielo y Fuego. Pero lo cierto es que cuando llegó a mi los hechos acontecidos en esta novela, a raíz de la serie de la HBO (como a la mayoría), el codex de Estalia y la historia de Inés de Arribálzaga (que entonces era Ana) ya llevaban unos años escritos. Juro que se trata de una coincidencia más que entrañable. La cuestión sería saber si George R. R. Martin y yo plagiamos esta historia de alguna otra fuente... ¿Brave de Disney?

 La miniatura de Inés de Arribalzaga está conversionada a partir de Irene Vioque, de la gama de 1650: A Capa y Espada de al empresa española de Tercio Creativo. La conversión consiste apenas en un cambio de la pistola que sujeta por una pistola-ballesta acoplada a su guante, tal y como se aprecia en la ilustración de Pedro Ramos. Una vez cambiada la peana, ya que las de 1650: A Capa y Espada son hexagonales y de otras dimensiones, la miniatura estuvo lista para ser pintada por Jesús García, quien decidió darle esos colores verdes al vestido, coincidiendo con los colores de la miniatura original de Irene Vioque.

Irene Vioque.
 Existen un par de detalles de esta miniatura que hice por mi cuenta. Y es que en un primer momento encargué un pelo moreno típico estaliano, pero no me convencía. Más tarde probé yo mismo a darle un color más castaño, y el resultado era parecido. Probé una vez más con el rubio pero ni aún por esas. Por lo que finalmente recuperé el color fuego pelirrojo de la miniatura original de Irene Vioque, el cual parece que sea el único que acepta de buen grado esta miniatura. El otro detalle es el que se refiere a sus pechos, y es que la miniatura de resina no parece tener los mismos detalles que se aprecian en la fotografía de la derecha. Parecen dos círculos por encima del escote, por lo que este detalle tendré que solventarlo de algún modo, quizás con masilla, para que den esa impresión de senos comprimidos en un corpiño. Por lo que esta entrada será modificada brevemente y espero que para mejor. Por cierto, el concepto de la miniatura es genial, aunque no sé muy bien qué pinta un camaleón en su brazo izquierdo (o lo que diablos sea o quiera parecer ser), que como he dicho, en la miniatura de resina no se aprecia tan bien el detalle de lo que es.

 Dejo alguna imagen más tomada de distintas posiciones. Espero que os haya gustado la miniatura y la entrada.










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